Capilla abierta de San Pedro y San Pablo Teposcolula

«Una obra admirable por la perfección técnica que revela, admirable por la sobriedad de su ornato».

Pie de Plano/Israel Hernández Ortega
enero de 2025

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Antecedentes

Diecisiete dominicos organizados por fray Tomás Ortiz embarcaron desde el Viejo Mundo con destino a la Nueva España en el siglo XVI. Con la encomienda de evangelizar a los pobladores de dichas tierras, la orden fundada por Santo Domingo de Guzmán logró construir sus conventos más representativos en el Estado de Oaxaca, una de las entidades con mayor cantidad de edificios construidos de carácter religioso novohispano.

Importante es mencionar que la cantidad de frailes durante mucho tiempo se pensó era de doce, cifra que debiera ser similar a la de los primeros religiosos que arribaron a estas tierras, los franciscanos, en virtud del simbolismo que representa por la docena de apóstoles seguidores de Jesús.

Sin embargo, las fuentes históricas muestran que no fue así y que la evangelización de las culturas mesoamericanas fue un proceso a veces complejo y en ocasiones no tanto, en el que no siempre se cumplió lo estipulado por la religión o sus valores simbólicos; sino que el desarrollo fue paulatino desde el arribo de las tropas españolas a dichas tierras; aunque oficialmente dio inicio en 1524 con la llegada de los primeros franciscanos y, poco tiempo después, con los frailes de Santo Domingo de Guzmán.

Provenientes de los conventos dominicos españoles de San Esteban de Salamanca, San Pablo de Valladolid y San Pablo de Sevilla, principalmente, después de casi diez años de asentarse en la capital novohispana, los frailes fundaron la Provincia de Santiago de México en 1535.

Así mismo, en el territorio oaxaqueño, se conformó la Provincia de San Hipólito Mártir, la cual congregó aproximadamente sesenta conventos.

Los sucesos históricos acontecidos durante este proceso, derivados del intercambio cultural entre dos mundos, permitieron, entre otras cosas, el desarrollo de una calidad de mano de obra excepcional y por ende de una arquitectura que con el devenir de los siglos hizo posible otorgar el título de verdaderas obras maestras del Arte Virreinal a los edificios construidos en la Nueva España por la Orden de los Hermanos Predicadores, nombre con el que también se les conoce a los dominicos.

Conjunto religioso de San Pedro y San Pablo Teposcolula

El templo

Ubicado en la Mixteca oaxaqueña, este complejo religioso forma parte general de la denominada «ruta de los dominicos»; y en particular, en conjunto con los conventos de San Juan Bautista Coixtlahuaca y Santo Domingo Yanhuitlán, se le conoce como el «triángulo dominico».

Construido en el Siglo XVI se encuentra conformado por el exconvento, el templo religioso de una sola nave, la majestuosa capilla abierta única en el mundo y el atrio alienado hacia el poniente con la casa de la cacica indígena, personaje de suma importancia en el proceso de evangelización a la llegada de los dominicos a esta zona, pues su poder jerárquico fue aprovechado por España para mantener el control de la población.

Casa de la cacica indígena, se encuentra alineada 250m frente a la capilla abierta de San Pedro y San Pablo Teposcolula

El templo presenta una arquitectura sobria en comparación con la imponente bóveda nervada de la capilla abierta o el templo de Santo Domingo Yanhuitlán. Se sabe que originalmente la cubierta inicial de la iglesia fue de madera, material sustituido años después por siete bóvedas esféricas.

En la portada principal es posible observar por lo menos dos técnicas diferentes de mampostería. Dentro del primer cuerpo destaca la cantería, es decir, piedra labrada de manera regular pieza por pieza; en tanto que en el segundo cuerpo predomina el calicanto, procedimiento constructivo a base de piedras irregulares asentadas con mortero.

El convento

Construido en dos niveles, también destaca por tener una arquitectura austera, pues las columnas, los corredores, pasillos y habitaciones carecen prácticamente de ornamentación y acabados. El sistema de entrepisos es soportado por bóvedas de arista apoyadas en un extremo en los muros del corredor del claustro bajo y el otro en las columnas que forman el claustro.

La cubierta de la planta alta está resuelta con vigas de madera horizontales empotradas en los muros de mampostería. La planta alta del claustro difiere de la mayoría de los conventos, pues a diferencia de otros donde las columnas de la planta baja continúan en la planta alta, en el convento de San Pedro y San Pablo Teposcolula las columnas solamente están presentes en la planta baja, dando la sensación de estar en pequeñas terrazas con vista al claustro.

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Capilla abierta de San Pedro y San Pablo Teposcolula

«Las capillas abiertas no tienen precedentes en la historia de la arquitectura, son la contribución más original al repertorio mundial…»

George Kubler

Edificio ejemplar novohispano del Siglo XVI y único en el mundo al que Manuel Toussaint describió como: “una obra admirable por la perfección técnica que revela, admirable por la sobriedad de su ornato” y que, por su estado en ruinas para cuando él la vio, en el primer cuarto del Siglo XX, aseveró: “destinada a desaparecer poco a poco en lucha desigual con el tiempo […] conformémonos con librarla del olvido, en honra siquiera del hábil artífice que la construyó.”

La majestuosidad arquitectónica de todo el conjunto conocido como San Pedro y San Pablo Teposcolula consiste no en el convento ni tampoco en el templo de una sola nave con crucero que pese a su sobriedad no le demerita importancia; sino en la capilla abierta de doble nave cuya característica es que el ábside se localiza al centro y no detrás.

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Planta arquitectónica de la Capilla abierta de San Pedro y San Pablo Teposcolula.

Planta arquitectónica

La capilla abierta se localiza en el costado norte de todo el conjunto religioso de San Pedro y San Pablo Teposcolula; al centro se encuentra el templo de una sola nave con crucero y al sur el exconvento.

Lo anterior se encuentra alineado hacia el atrio en una sola fachada orientada al poniente que da cerramiento a dicha área descubierta para comunicarse visualmente, en la misma dirección, con la casa indígena de la cacica, ubicada a 250 metros aproximadamente en línea recta.

Forma un rectángulo de 45m X 20m aproximadamente, orientada al poniente y dividida longitudinalmente en tres partes. A la derecha e izquierda de la bóveda se encuentran los coros a manera de tapancos y en medio de ellos destaca el esplendoroso ábside de planta hexagonal cubierto con una bóveda nervada, la cual se apoya en su parte posterior en un par de contrafuertes visibles hacia el patio norte de todo el conjunto religioso.

El resto de la bóveda descansa en cinco arcos de medio punto ornamentados en su intradós con casetones con punta de diamante que se apoyan en cuatro columnas, dos al centro y dos al frente, acanaladas a lo largo del fuste y con casetones con punta de diamante en su basa; de éstas, destacan las frontales por estar reforzadas con dos arbotantes, componentes arquitectónicos que, sin lugar a duda, son los más visibles y característicos de todo el conjunto.

Hacia los costados norte y sur de la bóveda se encuentran las dobles crujías, cada una con un coro ubicado en la nave posterior sobre viguerías de madera conocido como terrado, un sistema constructivo muy común durante el periodo novohispano que incluso continuó vigente durante los primeros años del Siglo XX.

Las vigas de cada uno de los coros descansan empotrándose hacia la parte posterior en el muro testero de toda la capilla; hacia el frente, es decir al eje central que divide a ambas naves, los coros se apoyan en un par de arcos de medio punto que terminan ligándose con el ábside mediante un arco de cuarto de círculo, funcionando estructuralmente de manera similar a un arbotante, formando así todo un eje continuo que contra resta los efectos de los sismos.

Detalle de columna con fuste estriado y casetones en punta de diamante; al fondo, el coro sur de la capilla abierta soportado por las vigas de madera.
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Detalle de viguerías en coro norte y cubierta de las naves.
Contrafuertes ubicados en el muro testero de la capilla abierta.
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La cubierta

Al centro de toda la capilla destaca la bóveda nervada, componente arquitectónico que se repite en otros conventos dominicos en la Nueva España, donde cada uno de los nervios son resultado de la unión de piezas únicas de cantera denominadas dovelas, rematando al centro con la clave, en cuya ornamentación se observa la flor de lis, característica del escudo de la orden de Santo Domingo de Guzmán. El trazo principal es de forma hexagonal de aproximadamente 6.70m por lado.

La bóveda de la capilla abierta es sin lugar a duda el excelente resultado de la geometría y la estereotomía aplicada en el corte y labrado de la cantera, pues analizada en planta, toda la composición arquitectónica parte de un hexágono principal, el cual cuatro de sus puntos son precisamente las cuatro columnas centrales y los restantes se apoyan en el muro testero.

De dicha figura geométrica surgen dos triángulos intersecándose, a manera de estrella de David, generando a su vez en su centro un segundo hexágono más pequeños al cual, realizando el mismo trazo de los triángulos se van obteniendo hexágonos más pequeños, y así sucesivamente a partir de una proporción basada en la √3.

Trazo geométrico de la bóveda hexagonal.
Nervaduras de la cubierta principal de la capilla abierta.
Clave de la bóveda

El trazo y juego de hexágonos y triángulos de la bóveda se repite hacia los costados norte y sur para la ubicación de las columnas que dan soporte a los coros; en tanto que hacia el frente, es decir, al atrio, también forman parte para el trazo y ubicación de los dos imponentes arbotantes que dan la sensación de ser dos brazos abiertos para recibir a la personas que serían evangelizadas.

Arbotantes ornamentados con casetones.
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Colapso y restauración

Durante prácticamente los cien años del Siglo XX la capilla sufrió los estragos por el paso del tiempo y el abandono, además de los constantes sismos característicos de Oaxaca. A pesar de desconocer la fecha exacta en que la capilla comenzó a deteriorarse; hacia 1923 el historiador Manuel Toussaint la describió ya con graves problemas de deterioro.

Sin embargo, a partir de los conocimientos actuales del comportamiento de diversos materiales, es posible generar una hipótesis sobre los momentos en los que el paso del tiempo llevó casi al colapso total de la capilla abierta.

  1. El desuso del inmueble producto del abandono de varios edificios religiosos en el siglo XIX.
  2. Los constantes sismos en Oaxaca pudieron dañar el sistema de viguerías del terrado, las cuales simplemente se encontraban empotradas en el muro testero y apoyadas en los arcos.
  3. Al colapsar las vigas les restan rigidez a los muros perimetrales, haciéndolos más vulnerables a los movimientos telúricos.
  4. Cayendo algunas de las dovelas, el principio básico de continuidad que da soporte a cualquier arco o bóveda, es muy fácil que el resto de las piedras caigan sea por su propio peso o también por los sismos.
  5. Finalmente, las inclemencias del tiempo son factores que influyen considerablemente en el deterioro de un inmueble, más aún si no hay quién le dé mantenimiento.

Para iniciar el proceso de restauración llevado a cabo en 2010, personal del INAH buscó en diversas canteras de alrededor la que en el Siglo XVI se extrajo el material pétreo. Encontrando que el lugar original se localiza en la comunidad de Yucumeza, ubicada a poco más de cinco kilómetros de Teposcolula.

A su vez, respecto al trazo geométrico de cada una de las dovelas fue posible igualarlo con apoyo de los arranques originales de la bóveda, los cuales permanecían en pie y con el uso de herramientas computacionales, el conocimiento de la estereotomía pero sobre todo de las personas canteras de la región, se hizo realidad la restitución de prácticamente el 60% de la bóveda con piedras extraídas de la misma cantera utilizada en el Siglo XVI.

Ejemplo de labrado de cantera pieza por pieza. La imagen muestra trabajos de cantería del exconvento de Santo Domingo de Guzmán, en el centro histórico de la capital oaxqueña.
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En lo que respecta al exconvento en el año 2010 fueron restaurados los ocho lienzos del claustro bajo, a cargo de la Coordinación Nacional de Conservación del Patrimonio Cultural, área normativa y ejecutora del Instituto Nacional de Antropología e Historia y de manera más reciente, en 2022 se continuaron los trabajos para la restauración de todo el claustro, destacando el retiro de los acabados, con lo cual la mampostería ha quedado expuesta permitiendo visualizar la majestuosidad constructiva del edificio, además de la restitución de vigas en entrepisos hasta finales del 2024.

La capilla abierta de Teposcolula es única. No existe otro ejemplar en país alguno, pues sus características físicas, simbólicas, el contexto histórico en el cual se construyó, el trazo geométrico y demás aspectos la convierten en una verdadera joya arquitectónica novohispana del Siglo XVI; además, este tipo de construcciones producto de la combinación del conocimiento mesoamericano con el europeo son en sí una de las contribuciones de la arquitectura mexicana al mundo entero.

Bibliografía
Video documental
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