La Cueva de Cincalco
Ubicada a un costado del ahuehuete conocido como “El Sargento”, en la ladera oriente del Cerro de Chapultepec se localiza la cueva de Cincalco, lugar mítico desde tiempos muy vetustos a la época prehispánica. Su historia se liga, entre otras, con la caída de la otrora Tollan de Xicocotitlán o Ciudad de Tula.
Pie de Plano/Israel Hernández Ortega
Diciembre de 2025
Del náhuatl “Chapulli” chapulín, “tépetl”, cerro y el sufijo «c» para indicar el nombre de un lugar: Chapultepec, traducido como “Cerro del chapulín” o “Cerro del grillo; aunque también (muy pocas veces) se le llama “el Cerro de las Nubes”, (quizá por antonomasia a la existencia de nubes con la época de lluvias, tiempo en el que proliferan estos insectos), es en realidad un volcán extinto el cual ha estado presente en relatos antiguos, incluso más vetustos que la propia fundación de México-Tenochtitlan, en 1325, pues es mencionado en discursos tolteca-chichimecas, grupos antecesores a la cultura mexica.
Recordado por el imaginario colectivo por sus lagos y el gran bosque del Siglo XX (y si acaso por el chapulín o grillo plasmado en el ícono del Metro Chapultepec) es posible que actualmente muy poco se le conozca como fuente de agua, elemento natural representado en diversos códices, como el Boturini, que abasteció a la Gran Tenochtitlán y a la capital novohispana mediante un acueducto, pues el volcán vetusto fue en otrora época, lugar donde existieron manantiales, hasta su extinción por la sobre explotación y el crecimiento urbano.
Así, existe cierta creencia popular de que los cerros o montañas guardaban agua en su interior, lo que llevó a que las construcciones prehispánicas fueran concebidas como edificios o “montañas” sagradas para albergar en su interior el agua o el maíz, dos recursos tan indispensables y característicos de la sociedad mexicana.




La Cueva de Cincalco mitológica
Traducido como “La Casa del Maíz” o «Casa de la Mazorca”, la Cueva de Cincalco (o Cencalco, en las fuentes como Los Anales de Cuauhtitlán) es mencionada por los relatos toltecas y mexicas donde se relacionan los manantiales de Chapultepec con los dioses del agua, como el mito de la Leyenda de los Soles, donde se dice que el último gobernante tolteca Huémac, apostó jugando a la pelota con los tlaloques (ayudantes de Tláloc).
La apuesta consistía en que el perdedor tenía que dar al vencedor chalchihuites (jade) y plumas de quetzal. Los tlaloques, vencidos por el tolteca deciden entregarle, en lugar de lo acordado, elotes con sus hojas de maíz; sin embargo, son rechazados por Huémac diciendo «¿Por ventura eso es lo que gané? ¿Acaso no chalchihuites? ¿Acaso no plumas de quetzal?» (Códice Chimalpopoca), por lo que los tlaloques deciden darle lo previamente pactado.
Una vez entregado el premio, los ayudantes de Tláloc deciden enviar una sequía a la ciudad tolteca durante cuatro años continuos:
- Una helada donde se pierden los frutos de la tierra
- Un calor tan elevado que se secaron los árboles, los nopales y los magueyes
- Debido al calor, las piedras se hicieron pedazos
- Los toltecas murieron de hambre
Huémac, arrepentido por el daño que le causó a su pueblo regresó a Cincalco donde ingresó a la cueva para ahorcarse, posiblemente hacia el año 1162 de nuestra era.
Por otro lado, en los Anales de Cuauhtitlán se dice que:
“Este año (1162) se suicidó Huémac en Cincalco en Chapoltépec. En este año 7 tochtli se acabaron los años toltecas: siete años anduvieron pasando por todas partes, de pueblo en pueblo, hasta que fueron a asentarse. Desde que poblaron los toltecas, son 339 años. En este año 7 tochtli Huémac se dio la muerte; se ahorcó de desesperación en la cueva de Chapoltépec. Primero se entristeció y lloró, y cuando ya no vio a ningún tolteca, que detrás de él se acabaron, se suicidó.”

La Cueva de Cincalco en la actualidad
Actualmente se encuentra clausurada por las autoridades y sólo es posible observar su entrada al fondo del audiorama, espacio sonoro que funciona desde 1972 como un espacio de relajación y lectura (si no llevas libros, puedes tomar prestado alguno para leer ahí de los que están disponibles en una mesa).
Esta área de relajación y la Cueva de Cincalco se localiza detrás del Altar al Escuadrón 201, en la Primera Sección del Bosque de Chapultepec.

Ambientado con música tranquila y bancas que te hacen aislar del bullicio cotidiano de la ciudad, este espacio se encuentra resguardado por Carlos Fernández y Cervantes, un trabajador con 42 años en el Bosque de Chapultepec quien amablemente nos contó la historia de Cincalco, la cual se transcribe a continuación como un testimonio de alguien que ha dedicado más de cuatro décadas a Chapultepec, cuya versión evidentemente es coincidente con las diversas fuentes consultadas.
Carlos Fernández y Cervantes:
“Esta era una zona de manantiales. La gruta se llama Cincalco, significa Casa del Maíz o de la Mazorca.
Recuerde que Fray Juan de Zumárraga mandó destruir los vestigios prehispánicos para implantar la religión católica. Entonces algunos códices se han recuperado. Los estudiosos han encontrado en el Códice Motolinía, Chimalpopoca, información; y han encontrado el nombre de Huémac, que fue el último rey tolteca. Hay una información que su nombre significa “el de las manos grandes”. A este personaje le gustaba apostar en los juegos de pelota.
En una ocasión, apostó con los tlaloques, los sacerdotes de Tláloc; y ganó el juego Huémac, y por haber ganado, él pidió que le dieran piedras de jade y plumas de quetzal, que es lo que tenía valor en ese tiempo. Los tlaloques le entregaron el producto de la madre tierra que es la mazorca: el maíz; lo cual despreció Huémac, porque él quería el jade y las plumas de quetzal.
Los tlaloques se molestaron y le dijeron que iba a ser castigado él y su pueblo con cuatro años de sequía, lo cual sí sucedió. La gente que sufrió esa sequía, Huémac se las trajo a este monte sagrado. Y ya estando aquí, nuevamente los tlaloques le entregaron el producto de la madre tierra que es la mazorca, y al tenerlas en sus manos comprendió que era más importante el maíz que el jade y la pluma de quetzal, porque eso no se come, y el maíz es el alimento del pueblo.
Arrepentido del daño que hizo a su pueblo, se introdujo en Cincalco y ya no salió: murió en su interior. Otros dicen que fue apuñalado al entrar ahí. Y esta es la historia de Huémac.”



Fuentes:
- Dewey, Janice. «Huémac: El fiero de Cincalco.» Estudios de Cultura Náhuatl. Volumen 16. 1983. https://nahuatl.historicas.unam.mx/index.php/ecn/article/view/78391.
- Feliciano Velázquez, Primo, y Miguel León-Portilla. «Códice Chimalpopoca. Anales de Cuauhtitlan y la Leyenda de los Soles.» UNAM: Instituto de Investigaciones Históricas. 1992.
- Instituto Nacional de Antropología e Historia. Códice Boturini. 2015. https://www.codiceboturini.inah.gob.mx/home.php.
- Matos Moctezuma, Eduardo. «Chapultpec prehispánico en las fuentes históricas.» Estudios de Cultura Náhuatl. Volumen 34. 2003. https://nahuatl.historicas.unam.mx/index.php/ecn/article/view/78661 (último acceso: 2025).
- Museo Nacional de Historia. «Historia de Chapultepec.» s.f. https://mnh.inah.gob.mx/historia.

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