Las columnas del Palacio Quemado y Templo de Tlahuizcalpantecutli

Pie de Plano/Israel Hernández Ortega
noviembre de 2025

La mampostería natural fue el sistema constructivo más utilizado en la edificación de Tula. Para unir las piedras se utilizaron dos de las variantes que prevalecieron incluso en la época novohispana: el calicanto y la cantería.

En la cantería se empleó, además, el sistema de unión conocido como caja y espiga, siendo éste último con el cual se construyeron los famosos atlantes localizados en el extremo superior del Edificio B. Cabe destacar que en la zona arqueológica se ubican cuatro atlantes, de ellos tres son originales; el cuarto ejemplar se exhibe actualmente en la Sala Tolteca del Museo Nacional de Antropología.

En el siguiente texto sólo se mencionarán el Palacio Quemado y el Edificio B o Templo de Tlahuizcalpantecutli, pues en ellos se concentran las columnas más representativas de dicha ciudad prehispánica. A su vez, sólo se hará una descripción arquitectónica muy breve, pues el tema principal en esta publicación es el sistema constructivo.

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El Palacio Quemado

Se le conoce como Palacio Quemado debido a que durante las excavaciones arqueológicas efectuadas en Tula desde la década de los 40 del siglo pasado, fueron encontrados restos de madera y adobes calcinados que formaron parte de las columnas y muros de las diferentes habitaciones de este edificio.

De planta rectangular, alineado en su eje longitudinal oriente-poniente y separado por un pasillo del Templo de Tlahuizcalpantecutli, se localiza en el costado oeste de este edificio, formando así ambos espacios el límite norte de la gran plaza central.

El Palacio Quemado cuenta con tres grandes espacios centrales contiguos hacia el poniente denominados Sala 1, Sala 2 y Sala 3, cuya nomenclatura responde al orden en el cual fueron excavados. Detrás de estos espacios; es decir, al norte, se localizan seis cuartos de menores dimensiones. Finalmente, cierran o delimitan a todo el conjunto tres vestíbulos nombrados según su orientación: Vestíbulo Norte, Vestíbulo Sur y Vestíbulo Oeste; en tanto que, al oriente, se localizaba un pasillo con doble función: dar acceso a la Sala 1 y separar al Palacio Quemado del Templo de Tlahuizcalpantecutli.

Gracias a las excavaciones arqueológicas del Siglo XX, se sabe el Palacio Quemado tenía las habitaciones cubiertas y un patio al interior de las Salas 1, 2 y 3, donde las columnas tuvieron dos usos: fungir como soportes de las azoteas y delimitar el área de los patios internos denominados impluvios.

Descripción de materiales constructivos de una columna cuadrada.
Vista superior del Palacio Quemado, Tula.

Templo de Tlahuizcalpantecutli

También denominado Edificio B. Orientado al sur, es un basamento piramidal conformado por cinco cuerpos horizontales con paramentos en talud desplantados sobre una plataforma al mismo nivel que el Palacio Quemado. Aunque hipotéticamente se plantea que en su momento el acabado final de los escarpios fue similar al tablero-talud teotihuacano o al Templo de los Guerreros, en Chichén Itzá.

Para acceder al templo se contaba con un área denominada Vestíbulo Sur, desplantada sobre una plataforma artificial compartida con el Palacio Quemado, formando así estos dos espacios el límite norte de la plaza central.

En la cima de los cinco cuerpos se localizan los icónicos atlantes, visibles desde prácticamente cualquier punto; sin embargo, de acuerdo con los hallazgos arqueológicos del siglo pasado, se sabe que durante su ocupación estaban al interior, pues además de ser guerreros esculpidos en piedra basáltica, fungieron como columnas al soportar la cubierta de un templo o adoratorio.

Para tal efecto, en la parte posterior existen otras cuatro columnas de forma rectangular con escenas grabadas en relieve. Finalmente, al frente de los atlantes existieron dos columnas serpentiformes, donde las cabezas de estos reptiles pétreos descansaban en el piso; en tanto que sus crótalos fueron el soporte del friso que daba acceso a este templo superior.

Desplaza la imagen

Imágenes comparativas de la reconstrucción del Edificio B o Templo de Tlahuizcalpantecutli

Descripción iconográfica de un atlante de Tula
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Atlantes de Tula y descripción iconográfica.
Vista desde la esquina suroriente del Templo de Tlahuizcalpantecutli

Sistemas y materiales constructivos

El principal material con el cual se construyeron las columnas características de esta zona arqueológica es la mampostería natural, mediante dos técnicas que subsistieron incluso durante toda la época novohispana: el calicanto y el labrado de piedra.

El calicanto consiste en colocar piedras pequeñas sin labrar uniéndolas con mortero para formar muros o columnas, sean cuadradas o circulares. Por otro lado, la cantería consiste en labrar piedras de grandes dimensiones para ser colocadas una sobre otra. Cabe destacar que en la actualidad el término “cantería” se utiliza más para el labrado de piedra artesanal de objetos varios, tales como esculturas, fuentes o alguna otra pieza ornamental.

Columnas de calicanto

De este material existen dos tipos de columnas: circulares y cuadradas. Ambas fueron de mampostería reforzada longitudinalmente con ocho y cuatro maderos verticales, respectivamente. Una vez colocadas las vigas, la madera era recubierta con mampostería a base de piedra caliza en sus cuatro costados, además de pedacería de piedras pequeñas con barro para rellenar los huecos entre cada uno de los maderos. Finalmente, como último acabado se les colocó un aplanado de estuco.

Tanto la madera como la mampostería se apoyaban sobre una base de piedra monolítica desplanta a una profundidad de -0.50m, aproximadamente con respecto al nivel de piso interior.

Israel H. Ortega. Reconstrucción hipotética del proceso constructivo de una columna de mampostería con la técnica calicanto.

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Israel H. Ortega. Reconstrucción hipotética del proceso constructivo de una columna de mampostería con la técnica calicanto.

Proceso de reconstrucción de columnas durante los trabajos de exploraciones arqueológicas en los años 50´s del Siglo XX.

Es importante destacar que las columnas expuestas en los diferentes edificios de la zona arqueológica no son las originales, ya que fueron reconstruidas en los años 50´s con base en los trabajos arqueológicos efectuados en la Sala 1 y 2, donde se hallaron los restos de la madera calcinada junto con los arranques de la columna en su cimentación.

Durante ese proceso, en la reconstrucción de las columnas, se decidió omitir la colocación de las vigas de madera, toda vez que al quedar expuestas para que las personas las pudieran ver, ocasionaría que los diversos agentes naturales como el sol y la lluvia, las dañaran constantemente.

El objetivo de reconstruirlas parcialmente, en palabras del arqueólogo Jorge R. Acosta, fue que las personas pudieran imaginar de cerca cómo estuvieron construidas las diversas habitaciones de esta zona arqueológica.

Columnas de mampostería reconstruidas con la técnica «calicanto», Vestíbulo Sur, Palacio Quemado.
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Columnas y pilares de cantería

Por definición, una columna es un apoyo vertical que, visto en sección transversal, presenta forma cilíndrica; en tanto que un pilar tiene la misma función, pero con sección transversal de forma cuadrada o poligonal. Cabe destacar, sin embargo, que en la actualidad el término “columna” se usa indistintamente para ambos apoyos, sean circulares, cuadrados o poligonales.

Por otro lado, es importante mencionar que la palabra cantería se relaciona actualmente con el labrado de piezas ornamentales y con la cantera, un tipo de piedra natural. Aunque también, por cantera se entiende al lugar de donde se extraen las diferentes rocas.

En este texto se usa la palabra cantería como proceso constructivo mediante el cual las piedras eran labradas para después ser montadas y construir principalmente columnas.

Basalto

De origen ígneo, el basalto es el material con el que se elaboraron las icónicas columnas denominadas atlantes de Tula (también conocidas como cariátides). Cada figura fue fabricada en cuatro secciones para después unirlas entre sí con la técnica de caja y espiga.

Caja y espiga de las columnas serpentiformes disponibles en el sitio arqueológico.

Detrás de ellos existieron cuatro pilares, unidos también con la misma técnica descrita en el párrafo superior. A diferencia de los atlantes, las caras presentan bajorrelieves. Al frente de estos soportes verticales, estuvieron colocadas dos más de forma cilíndrica con ornamentos de serpiente; de éstas, sólo existen dos fragmentos de cada una, donde es posible observar directamente en el sitio arqueológico la espiga mediante la cual fueron ensambladas.

Columnas cuadradas ensambladas con la técnica caja y espiga.
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Conclusiones

La mampostería es un sistema constructivo muy antiguo que a pesar de los siglos, continúa vigente el día de hoy tanto con materiales industrializados como con piezas naturales.

Los edificios de La Zona Arqueológica de Tula mostrados en este texto son un ejemplo de la arquitectura tolteca que tuvo gran relevancia, pues su influencia llegó hasta el Área Maya del Sur de México y de Centroamérica; así como en Teotihuacán y en la cultura mexica.

Es sorprendente la manufactura en el tallado de la piedra basáltica de los atlantes para lograr la unión con la técnica de caja y espiga, además de la iconografía per se de los guerreros de piedra.

Además, es de suma importancia destacar que, si bien la totalidad de las columnas del Palacio Quemado fueron reconstruidas en la década de los 50 del Siglo XX, el proceso se llevó a cabo con base en los hallazgos arqueológicos; por lo que, parafraseando al Arqueólogo Jorge R. Acosta, de ese modo se permitiría a las personas que visiten el sitio imaginar cómo pudo haber sido la ciudad durante su apogeo tolteca en el Epiclásico.

Por otro lado, el principio teórico de las columnas de mampostería de piedra caliza reforzada longitudinalmente en su interior con vigas de madera verticales son el reflejo del conocimiento constructivo, que continua vigente, para hacer más resistentes a los edificios: hoy, en lugar de madera se usan varillas corrugadas, en tanto que el concreto ha sustituido a la piedra natural.

Fuentes:

Arqueología Mexicana. Los Toltecas. Ciudad de México: Raíces, 2007.

———. Tesoros del Museo Nacional de Antropología. Ciudad de México: Raíces, 2025.

Dimensión Antropológica INAH. El Palacio Quemado de Tula: una evaluación estratigráfica. Ciudad de México: Revistas INAH, 2000.

Instituto Nacional de Antropología e Historia. Tula. s.f. https://lugares.inah.gob.mx/es/node/4360.

———. Vista del cerro Magoni y estructura prehispánica en Tula. 1945. https://mediateca.inah.gob.mx/repositorio/islandora/object/fotografia%3A429971.

Jáidar Benavides, Yareli, y Mariana Díaz de León Lastras. Coordinación Nacional de Conservación del Patrimonio Cultural, INAH. Diciembre de 2017. https://revistas.inah.gob.mx/index.php/cr/article/view/12184.

Jiménez García, Esperanza Elizabeth. «La iconografía de Tula.» Escuela Nacional de Antropología e Historia. 1990.

Ruffier Acosta, Jorge. La decimotercera temporada de exploraciones en Tula, Hgo. 1964. https://revistas.inah.gob.mx/index.php/anales/article/view/7209.

———. Resumen de las exploraciones arqueológicas en Tula, Hgo. durante las IX y X temporadas. 1954. https://revistas.inah.gob.mx/index.php/anales/article/view/7185.

———. Resumen de las exploraciones arqueológicas en Tula, Hgo. durante las VI, VII y VIII temporadas. 1950. https://revistas.inah.gob.mx/index.php/anales/article/view/7187.

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